DjKosmick
12/08/2009, 10:54
Metro Bilbao recibió a finales de la semana pasada el primer coche que será destinado a quinto vagón en el suburbano. La unidad, fabricada por la empresa guipuzcoana Caf, llegó por carretera hasta los talleres de Sopelana, donde los técnicos han comenzado a trabajar ya para ponerla a punto. No obstante, según apuntó ayer un portavoz oficial, su entrada en servicio está prevista para «finales de octubre, siempre y cuando las pruebas que hay que realizar resulten satisfactorias».
El desembarco del primer quinto vagón confirma que el metro no estará preparado en septiembre, cuando el Gran Bilbao regresa al trabajo, para implantar una mayor oferta de espacio -hasta un 25% más- en su red. Esta circunstancia coincidirá, además, con un aumento en la demanda en la Línea 2, por la reciente apertura de las estaciones de Peñota y Santurtzi. Sólo en los 10 días que duraron las fiestas de la localidad marinera se subieron a los trenes 100.000 personas.
«Hemos comenzado a hacer las pruebas para valorar los nuevos puntos de frenado y aceleración», explicó ayer el portavoz. «Hay que tener en cuenta que un metro con cinco vagones es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver». «La forma de detener el convoy -prosiguió la misma fuente- cambia, ya que hay más peso y se necesita una mayor tracción para mover el conjunto. Lo mismo sucede con la arrancada y su inercia».
Además de estos test, los responsables de Metro Bilbao tendrán que probar la nueva señalización y el sistema informático que regula toda la red y que controla la seguridad de las diferentes unidades. «Lo más complicado va a ser acoplar y adecuar este primer quinto vagón, el resto va a resultar más sencillo y los plazos se van a poder acortar de una manera importante», añadió el responsable de la compañía de transporte. A partir de ahora, Caf entregará dos nuevos coches cada mes hasta alcanzar los 22. Además se irán recibiendo paulatinamente 5 trenes ya adaptados a la nueva configuración. El pasado lunes entró en servicio la unidad UT 604, la última que dispondrá de cuatro vagones.
Temor a los retrasos
El retraso en la implantación de una mayor oferta ha causado incertidumbre en la plantilla. Algunos operarios consideran que «se avecinan tiempos difíciles». A su juicio, la escasez de espacio con la que tendrán que lidiar los viajeros de la Línea 2 en hora punta provocará «un aumento de la conflictividad» y un «evidente hacinamiento». Todo ello puede derivar en «retrasos en toda la red», al tener los conductores que «amagar» varias veces para cerrar las puertas y «detenerse más tiempo del necesario en las estaciones».
El desembarco del primer quinto vagón confirma que el metro no estará preparado en septiembre, cuando el Gran Bilbao regresa al trabajo, para implantar una mayor oferta de espacio -hasta un 25% más- en su red. Esta circunstancia coincidirá, además, con un aumento en la demanda en la Línea 2, por la reciente apertura de las estaciones de Peñota y Santurtzi. Sólo en los 10 días que duraron las fiestas de la localidad marinera se subieron a los trenes 100.000 personas.
«Hemos comenzado a hacer las pruebas para valorar los nuevos puntos de frenado y aceleración», explicó ayer el portavoz. «Hay que tener en cuenta que un metro con cinco vagones es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver». «La forma de detener el convoy -prosiguió la misma fuente- cambia, ya que hay más peso y se necesita una mayor tracción para mover el conjunto. Lo mismo sucede con la arrancada y su inercia».
Además de estos test, los responsables de Metro Bilbao tendrán que probar la nueva señalización y el sistema informático que regula toda la red y que controla la seguridad de las diferentes unidades. «Lo más complicado va a ser acoplar y adecuar este primer quinto vagón, el resto va a resultar más sencillo y los plazos se van a poder acortar de una manera importante», añadió el responsable de la compañía de transporte. A partir de ahora, Caf entregará dos nuevos coches cada mes hasta alcanzar los 22. Además se irán recibiendo paulatinamente 5 trenes ya adaptados a la nueva configuración. El pasado lunes entró en servicio la unidad UT 604, la última que dispondrá de cuatro vagones.
Temor a los retrasos
El retraso en la implantación de una mayor oferta ha causado incertidumbre en la plantilla. Algunos operarios consideran que «se avecinan tiempos difíciles». A su juicio, la escasez de espacio con la que tendrán que lidiar los viajeros de la Línea 2 en hora punta provocará «un aumento de la conflictividad» y un «evidente hacinamiento». Todo ello puede derivar en «retrasos en toda la red», al tener los conductores que «amagar» varias veces para cerrar las puertas y «detenerse más tiempo del necesario en las estaciones».