Naiker
03/12/2009, 14:41
http://www.youtube.com/v/Bqxdnhl-DNU
Cleopatra, en el siglo I a.C., tenía una gran afición a un primitivo juego, practicado en el suelo, en el que se empleaban unos palos para golpear las bolas. Los griegos, en el siglo IV a. C., practicaban un juego de bolas sobre el suelo, más cercano a la actual petanca.
Sin embargo, no queda claro dónde se inventó este juego. En el año 1470 aparece el primer vestigio del juego del billar, tal y como lo conocemos actualmente, en un inventario del rey Luis XI, en la forma de una mesa de billar. En este primitivo billar se jugaba con un bastón de punta gruesa, denominado masse, que utilizaban para golpear las bolas, y estaba permitido sólo a la clase aristocrática. Luis XIII fue el primero que permitió que también los plebeyos pudieran jugar.
En España también se hizo popular el juego del billar entre la nobleza de la época. De ello derivó el adjetivo que hoy conocemos como "pelota", para señalar a una persona que ofrece excesivas atenciones a otra. Esto es debido a que fue el nombre con el que se llamaba a los cortesanos y nobles que jugaban al billar con Fernando VII, y le dejaban las pelotas o bolas de billar de manera que al rey le resultase fácil hacer una carambola y meter así las bolas en sus respectivos agujeros.
Palo, Tapete, Taco y Bolas
El palo de billar o taco moderno aparece en Francia en torno al año 1735, con el nombre de billiard, dejando de utilizarse la maza que hasta entonces se había empleado y dando nombre al juego. Los tacos actuales se suelen desmontar siendo la parte del extremo que golpea la bola denominada flecha. Ésta tiene cuero en su punta de color blanca, con el cual se golpean las bolas, sobre la que se debe frotar tiza, para que al golpear la bola esférica ruede y no deslice, además de para evitar la pifias al realizar tiros con efecto.
Las tradicionales bolas de billar están elaboradas en marfil por su homogeneidad (sin vetas), peso y posibilidad de tornear en esferas. En 1870 apareció el celuloide, inicio de los polímeros o plásticos industriales, para sustituir al escaso marfil, a pesar de que en su inicio, a veces se produjese una pequeña explosión al chocar las bolas por la naturaleza explosiva del nitrato de celulosa, uno de sus componentes. Actualmente se realizan en otros polímeros como los fenólicas o bakelitas. Deben tener un diámetro entre 61 y 61,5 milímetros y su peso debe estar comprendido entre 205 y 220 gramos, siendo 2 gramos la diferencia máxima que debe haber entre la masa de la bola más pesada y la más ligera.
Las mesas de billar poseen una superficie regular, sin el menor desnivel, estando el tablero realizado en piedra de pizarra (cenizas compactadas durante más de un millón de años), al ser muy resistente y elástica, lo que hace que no se rompan tan fácilmente. Ésta se recubre de un paño o tapete, generalmente de color verde, mezcla de lana y nylon. En su conjunto, las mesas pesan 350 kg, 100 de ellos son debidos al tablero de pizarra.
Tipos de Juegos
Existen, al menos, trece formas diferentes de jugar al billar, además de sus modalidades, siendo los tres tipos más habituales son: el billar francés, que consiste en hacer carambolas entre una bola blanca, una amarilla y una roja; el inglés o snooker, en el que se juega con 21 bolas en un tablero de mayores dimensiones; y el americano o pool, que cuenta con troneras en las que hay que introducir 15 bolas (7 lisas, 7rayadas y 1 negra).
Física del Billar
El físico Michael Berry afirmó que funcionaban los cálculos para el choque entre una, dos o unas pocas bolas, pero que esos cálculos se volvían tan complejos que se necesitaría tener en cuenta la influencia gravitatoria de la persona que estuviera junto a la mesa para que fueran correctos para 9 bolas de billar. Si en vez de 9 fueran 56 bolas las que chocaran, habrían de ser tenidas en cuenta todas las partículas subatómicas del universo, pues ejercerían una influencia notable en el resultado, debido a su naturaleza caótica y su sensibilidad a las condiciones iniciales.
Movimiento de las bolas sobre el tablero filmado con cámara súper lenta e infrarrojo...
http://www.youtube.com/v/pZqkaJDaz2A
Al golpear con el taco a la bola, ésta adquiere una velocidad inicial de traslación que viene determinada por la fuerza de la colisión. A su vez, el taco genera un momento que produce una velocidad inicial de rotación alrededor del centro de la bola de billar. Es decir, la bola se desplaza a lo largo del tapete a la vez que va girando sobre sí misma.
Cuando la primera bola choca con otra bola, las direcciones de sus velocidades justamente después del choque forman 90º, ya que el choque es perfectamente elástico, al suponer que las dos bolas son de igual tamaño y masa, y despreciando el rozamiento que se ha producido en el breve instante en que han contactado. Este es el truco que utilizaremos al golpear, la regla de los 90º, pero esto sería muy sencillo.
Como consecuencia de que las bolas, en un principio, no cumplen la condición de que ruedan sin deslizar, la velocidad de su centro de masas, e incluso, sus direcciones, cambian durante un cierto tiempo, hasta que se restablece la condición de rodar sin deslizar. Por lo tanto, las direcciones finales de las velocidades de las dos bolas dejan de formar 90º, haciéndose más visible este hecho cuanto más se alejen del punto de colisión.
Cleopatra, en el siglo I a.C., tenía una gran afición a un primitivo juego, practicado en el suelo, en el que se empleaban unos palos para golpear las bolas. Los griegos, en el siglo IV a. C., practicaban un juego de bolas sobre el suelo, más cercano a la actual petanca.
Sin embargo, no queda claro dónde se inventó este juego. En el año 1470 aparece el primer vestigio del juego del billar, tal y como lo conocemos actualmente, en un inventario del rey Luis XI, en la forma de una mesa de billar. En este primitivo billar se jugaba con un bastón de punta gruesa, denominado masse, que utilizaban para golpear las bolas, y estaba permitido sólo a la clase aristocrática. Luis XIII fue el primero que permitió que también los plebeyos pudieran jugar.
En España también se hizo popular el juego del billar entre la nobleza de la época. De ello derivó el adjetivo que hoy conocemos como "pelota", para señalar a una persona que ofrece excesivas atenciones a otra. Esto es debido a que fue el nombre con el que se llamaba a los cortesanos y nobles que jugaban al billar con Fernando VII, y le dejaban las pelotas o bolas de billar de manera que al rey le resultase fácil hacer una carambola y meter así las bolas en sus respectivos agujeros.
Palo, Tapete, Taco y Bolas
El palo de billar o taco moderno aparece en Francia en torno al año 1735, con el nombre de billiard, dejando de utilizarse la maza que hasta entonces se había empleado y dando nombre al juego. Los tacos actuales se suelen desmontar siendo la parte del extremo que golpea la bola denominada flecha. Ésta tiene cuero en su punta de color blanca, con el cual se golpean las bolas, sobre la que se debe frotar tiza, para que al golpear la bola esférica ruede y no deslice, además de para evitar la pifias al realizar tiros con efecto.
Las tradicionales bolas de billar están elaboradas en marfil por su homogeneidad (sin vetas), peso y posibilidad de tornear en esferas. En 1870 apareció el celuloide, inicio de los polímeros o plásticos industriales, para sustituir al escaso marfil, a pesar de que en su inicio, a veces se produjese una pequeña explosión al chocar las bolas por la naturaleza explosiva del nitrato de celulosa, uno de sus componentes. Actualmente se realizan en otros polímeros como los fenólicas o bakelitas. Deben tener un diámetro entre 61 y 61,5 milímetros y su peso debe estar comprendido entre 205 y 220 gramos, siendo 2 gramos la diferencia máxima que debe haber entre la masa de la bola más pesada y la más ligera.
Las mesas de billar poseen una superficie regular, sin el menor desnivel, estando el tablero realizado en piedra de pizarra (cenizas compactadas durante más de un millón de años), al ser muy resistente y elástica, lo que hace que no se rompan tan fácilmente. Ésta se recubre de un paño o tapete, generalmente de color verde, mezcla de lana y nylon. En su conjunto, las mesas pesan 350 kg, 100 de ellos son debidos al tablero de pizarra.
Tipos de Juegos
Existen, al menos, trece formas diferentes de jugar al billar, además de sus modalidades, siendo los tres tipos más habituales son: el billar francés, que consiste en hacer carambolas entre una bola blanca, una amarilla y una roja; el inglés o snooker, en el que se juega con 21 bolas en un tablero de mayores dimensiones; y el americano o pool, que cuenta con troneras en las que hay que introducir 15 bolas (7 lisas, 7rayadas y 1 negra).
Física del Billar
El físico Michael Berry afirmó que funcionaban los cálculos para el choque entre una, dos o unas pocas bolas, pero que esos cálculos se volvían tan complejos que se necesitaría tener en cuenta la influencia gravitatoria de la persona que estuviera junto a la mesa para que fueran correctos para 9 bolas de billar. Si en vez de 9 fueran 56 bolas las que chocaran, habrían de ser tenidas en cuenta todas las partículas subatómicas del universo, pues ejercerían una influencia notable en el resultado, debido a su naturaleza caótica y su sensibilidad a las condiciones iniciales.
Movimiento de las bolas sobre el tablero filmado con cámara súper lenta e infrarrojo...
http://www.youtube.com/v/pZqkaJDaz2A
Al golpear con el taco a la bola, ésta adquiere una velocidad inicial de traslación que viene determinada por la fuerza de la colisión. A su vez, el taco genera un momento que produce una velocidad inicial de rotación alrededor del centro de la bola de billar. Es decir, la bola se desplaza a lo largo del tapete a la vez que va girando sobre sí misma.
Cuando la primera bola choca con otra bola, las direcciones de sus velocidades justamente después del choque forman 90º, ya que el choque es perfectamente elástico, al suponer que las dos bolas son de igual tamaño y masa, y despreciando el rozamiento que se ha producido en el breve instante en que han contactado. Este es el truco que utilizaremos al golpear, la regla de los 90º, pero esto sería muy sencillo.
Como consecuencia de que las bolas, en un principio, no cumplen la condición de que ruedan sin deslizar, la velocidad de su centro de masas, e incluso, sus direcciones, cambian durante un cierto tiempo, hasta que se restablece la condición de rodar sin deslizar. Por lo tanto, las direcciones finales de las velocidades de las dos bolas dejan de formar 90º, haciéndose más visible este hecho cuanto más se alejen del punto de colisión.