Ni el dominio aplastante del balón, ni la presencia de Messi y Villa en la segunda mitad, ni algunas jugadas con nueve efectivos atacando ni la salida de Xavi e Iniesta de inicio fueron suficientes para que el Barcelona pudiera encarrilar la eliminatoria. Los hombres de Guardiola se toparon una y otra vez con la ordenada y poblada zaga rojiblanca y San Mamés será el juez de la eliminatoria.
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