El Gobierno comprará toda la droga para que no la adquieran los ciudadanos
La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha presentado esta mañana en una rueda de prensa la estrategia diseñada para el nuevo Plan Nacional sobre Drogas, consistente en la adquisición en bloque de todas las sustancias ilegales que se ofrecen en estos momentos en territorio español. “Es inútil evitar que se vendan por la calle. Pero si el Gobierno las compra todas y agota las existencias, no habrá más consumo”, ha sentenciado la ministra.
Jiménez reconoce que la idea “es más bien cara aunque se consigan descuentos por la compra al por mayor”, pero apunta que el gasto que genera la lacra de la drogodependencia también es muy elevado. Al ser preguntada por la posibilidad de revender la droga a otros países recuperando así el dinero, la ministra ha dicho que “no parece a priori muy legal, pero valoraremos todas las opciones. De momento la mercancía permanecerá en la sede del Ministerio para que no se pierda”.
Trinidad Jiménez ha explicado que el proceso de compra seguirá dos principales métodos: por un lado, un gran despliegue de inspectores del ministerio localizará a los camellos con el fin de efectuar la compraventa de todo su stock: “Peinaremos cada calle, cada garito, hasta que no quede nada por comprar”. Por otro, el Ministerio de Sanidad habilitará oficinas en las principales capitales del país para que los traficantes puedan acudir a ellas. Su mercancía será examinada por expertos tasadores y cocainómanos de contrastada solvencia, los cuales aplicarán su experiencia para acordar precios afines a la calidad de la droga ofrecida. “Se trata de que nadie time al Gobierno, porque hacerlo es timar a todos los españoles”, ha declarado la ministra.
El Gobierno no tiene pensado destruir la droga que adquiera porque no se descarta la posibilidad de emplearla “cuando algún ciudadano drogodependiente sienta que no puede con el mono y, antes de cometer alguna locura, quiera acudir al Ministerio para buscar soluciones”. Trinidad Jiménez ha querido matizar que “esto no quiere decir que el Gobierno se convierta en camello porque estamos hablando de casos extremos en los que la gente muy enganchada necesita un pequeño empujoncito para seguir luchando”.
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