Javier Macías, albaceteño de 42 años, fue puesto en libertad ayer por la tarde pese a que por la mañana había acudido a la comisaría confesando haber asesinado a su suegra durante la noche. Cuando su esposa se enteró de la detención, se personó en la comisaría acompañada de su madre, en perfecto estado de salud. Los policías, siguiendo las indicaciones de Javier, hallaron en el lugar del crimen el cadáver de un jabalí de 184 kilos de peso. “Cinco menos que mi suegra, no sé cómo pude confundirlos”, dijo con sorna Javier tras ser liberado.
La relación con su suegra es tensa desde hace años, pues la mujer es muy protectora con su hija y suele interferir en la vida del matrimonio. “Era de noche y oímos un ruido en las afueras de la casa, entre la basura. Y como no es la primera vez que mi madre viene por la noche a husmear, mi marido se hartó y cogió la escopeta de perdigones. Le oí insultarla y luego se persiguieron. Yo me dormí, porque me tienen hasta las narices” explica Antonia, la mujer de Javier.
Macías persiguió durante varias horas a la presunta suegra a través del pueblo y los alrededores. “La voz y el olor eran iguales y estaba oscuro”, argumenta. No obstante, antes de proceder a liberarle, los agentes hicieron cantar dos pasodobles a la suegra para asegurarse de que no había ningún truco y seguía viva.
“Típico de mi yerno, típico. No hace una ni regular. Ni en el trabajo ni en casa ni en la vida”, se limitó a decir la suegra de Javier a los policías mientras trataba de demostrar que seguía viva y que, por tanto, no podían acusar de asesinato al marido de su única hija. “Si casi no sobrevivió a la mili, ¿cómo iba a sobrevivir a la cárcel? Además, tiene que venir a colgarme unas cortinas a casa”, añadió. Cuando Javier oyó lo de las cortinas pidió a los policías que le dejaran un tiempo más en el calabozo diciendo que “la intención es lo que cuenta”.
La confusión de Javier se ha saldado con 100 euros de multa por cazar fuera de temporada. Cantidad que se corresponde al premio que la Asociación de Cazadores de Albacete otorgará a Javier por haber abatido el jabalí más grande de los últimos diez años. En cambio, la suegra fue retenida siete horas por agredir a su yerno y a varios policías que intentaron detenerla en cuanto Javier salió del calabozo y se disculpó por intentar asesinarla.
Dolores Parmalat, portavoz en España de la protectora de animales PETA, ha enviado un comunicado a los medios denunciando que se deje en libertad al asesino de un animal “tan precioso y singular” como el jabalí, cuya vida tiene el mismo valor que la de una suegra.
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