Un ciudadano neoyorquino atrajo ayer por la tarde la atención de los medios de comunicación al extraer algo increíble de su nariz tras sonarse los mocos. Andrew Buchs, que padece un leve catarro, asegura haberse sentido “completamente desbordado” ante lo que estaba emanando de sus fosas nasales. A todas luces superado por la situación, pidió ayuda a su esposa, que acudió al salón y, al ver lo que su marido se traía literalmente entre manos, decidió llamar a los bomberos. “Sólo diré que el gato intentaba huir por patas pero resbalaba con todo aquello y no avanzaba ni un maldito centímetro, se limitaba a girar sobre sí mismo”, afirma la mujer.
“Si lo llega a sacar por la boca en plan escupitajo probablemente la cosa esa hubiera atravesado la ventana que tenía enfrente, provocando una tragedia” explica uno de los bomberos, que han acudido a la zona del desastre equipados con tres bombas de vacío y varios kilos de papel absorbente. Tampoco se descarta la presencia de voluntarios en el domicilio del afectado: “Muchos han abandonado las tareas de limpieza del vertido de BP en el Golfo de México para echar un cable”, aclara el bombero.
Los expertos no descartan que Buchs espute otro ejemplar mucoso de gran perímetro “porque se sigue notando la garganta espesa”. Multitud de curiosos han acudido a las puertas del edificio en el que vive Andrew Buchs por si vuelve a sonarse los mocos. Las autoridades, sin embargo, mantendrán la materia expulsada fuera del alcance de las cámaras: “Evitaremos a la prensa sensacionalista porque lo que el señor Buchs ha expulsado no es precisamente agradable de ver y además podría provocar el pánico”, ha declarado hoy un agente de la Policía.
Algunos rumores apuntan a la posibilidad de que el ejército estadounidense esté interesado en Buchs y en sus esputos entendiendo que éstos pueden constituir un arma química muy efectiva en combate “por su efecto paralizante y disuasorio”.
Marcadores