Cansados de que su retoño se manchara los pantalones al comer con la mano porciones de pizza y otros alimentos, los padres de Serafín Robledo acudieron ayer al Hospital de San Pablo, en Barcelona, solicitando que se le amputara al niño la pierna derecha “porque siempre la lleva sucia de los restos de comida que se le caen y es una vergüenza”. El equipo médico estuvo considerando otras opciones: tras valorar la posibilidad de amputarle la mano derecha para que no pudiese agarrar la comida con ella, se prefirió la primera opción “ya que no tiene educación y sin la mano hubiera seguido comiendo amorrándose directamente al plato”, admite la madre.
Tras la amputación, el pequeño Serafín declara sentirse bien “pero con hambre”. El primer ágape de la criatura ha demostrado que ahora las migas y demás restos de comida se precipitan directamente al suelo y no manchan la ropa. “Es mucho más fácil barrer el suelo en un momento que estar metiendo los pantalones en la lavadora cotínuamente. Se estropean y es una pena que vaya siempre hecho un harapo”, argumenta el padre del niño.
Los médicos afirman que Serafín podrá hacer una vida “medio normal” y aseguran que la criatura ha tenido mucha suerte: “De ser ambidiestro y comer con ambas manos tendría que aprender a desplazarse a rastras, tan pequeño”, explica uno de los facultativos.
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