Pacha no quiere morir de éxito. La cadena de discotecas más famosa del mundo cerrará su glamouroso círculo de ocio nocturno en Bilbao. La capital vizcaína será, junto a Marbella, la última ciudad española que albergará una franquicia de la referencia de la noche. Tras consolidar su expansión nacional, centra ahora su objetivo en el mercado internacional. Su propósito es trasladar su música y la 'atmósfera Pacha' a las urbes más importantes y de mayor poder adquisitivo del mundo.
Por eso Bilbao figuraba desde hace tiempo en sus planes. La marca simbolizada por el par de cerezas más popular del planeta abrirá la próxima primavera Sweet Pacha Bilbao en el antiguo local que ocupó la cervecería La Riza, en Luis Briñas. Por fin. Los promotores no se atreven a aventurar fechas. Podría ser a finales de marzo, pero tampoco se descarta que inicie su actividad finalmente en abril «e incluso algo más tarde». Su apertura se ha demorado tantas veces a lo largo de los dos últimos años que prefieren jugar sobre seguro para no abrigar falsas esperanzas a la futura clientela. Un juez paralizó las obras, al poco de su inicio, en 2008, al verificar que los anteriores gestores del inmueble habían vendido una licencia de actividad embargada a la firma de ocio,
Sin embargo, esta vez no se adivinan ningún tipo de nubarrones, para un centro que pretende reforzar la raquítica oferta nocturna de la ciudad. Sobre todo, para un cliente que no se conforma «con cualquier cosa». Portavoces de la hedonista Pacha Ibiza reconocen que ofrecerán en Vizcaya el mismo cóctel que, con ligeras variaciones, sirven cada noche en los 24 establecimientos que la cadena tiene operativos en estos momentos desde Sao Paulo a Munich: «una buena copa», en un ambiente tranquilo y sofisticado y con los ritmos 'house' más impactantes del momento. Tampoco faltarán los cotizados disc-jockeys, figuras imprescindibles en la escenografía de una compañía que ha diversificado el negocio hasta contar con una televisión propia, hoteles, restaurantes, una línea de ropa y un impresionante abanico de productos de merchandising.
Sellada la paz con los vecinos de Basurto, reacios inicialmente a la actividad de un establecimiento que operará en enfrente de Termibus y a tiro de piedra de San Mamés y la sede de la Policía Municipal, el negocio cuenta con el respaldo del Ayuntamiento. El Departamento de Urbanismo prorrogó el pasado diciembre la licencia de obras por tres meses para rematar un proyecto que acentuará el cosmopolitismo de Bilbao e intentará satisfacer la creciente demanda turística.
Poco más de 200 clientes
A la finalización de los trabajos, previstos en principio para mediados de marzo, Javier Larrea, gerente del centro, aguardará la concesión del permiso de apertura, trámite que, según fuentes municipales, se prevé resolver con «rapidez». Los operarios se afanan estos días en las tareas de albañilería, fontanería, carpintería, el equipamiento de los sistemas de alarma... La reforma integral ha costado casi 1,2 millones de euros.
Cuando los trabajos toquen a su fin, la ciudad estrenará un club de casi 600 metros cuadrados, repartidos en una sola planta, y cuyo aforo, a falta del último informe de Protección Civil, quedará limitado a poco más de 200 clientes. Evidentemente, la superficie condicionará su actividad. Será un Pacha pequeño, nada que ver con las macrodiscotecas de Nueva York o Marrakech. El proyecto final ha sufrido una importante modificación al descartar la actividad de un restaurante. No habrá, pues, instalaciones de cocina. Sí se mantiene, en cambio, el funcionamiento de un servicio VIP de aparcacoches para «clientes preferentes». Pacha funcionará en la capital vizcaína con licencia de café-teatro para estirar el horario hasta el máximo que permita la ley. Permanecerá abierto hasta las 4.30 de la madrugada los días laborables, mientras que los viernes y sábados cerrará una hora más tarde.
Sweet recibirá a los usuarios con una espectacular barra que atravesará un amplio pasillo donde podrán bailar los clientes que deseen un ambiente más discreto, sin necesidad de acceder a la pista central, de forma redonda, y desembocará en cuatro reservados, ajenos a las miradas del resto de usuarios. En la segunda zona se habilitará otro espacio restringido para 'vips', la cabina de pinchadiscos y otra barra. El club dispondrá de cuatro cuartos de baños. Los tonos blancos y los espectaculares sistemas de iluminación que recubren paredes y techos predominan en la decoración «nada recargada» de una discoteca para cuya inauguración está prevista la presencia «de más de una celebritie» que Javier Larrea guarda en absoluto secreto.
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